El
dolor
de espalda, el dolor bajo la espalda y
el dolor lumbar o
lumbalgia
requiere, en su tratamiento, además del reposo, la aplicación de calor local y
otros recursos fisiátricos, medicamentos analgésicos, relajantes musculares,
entre otros métodos de colaboración con el paciente en el seguimiento de
medidas generales y específicas que pueden agravar una crisis de dolor.
El paciente debe entender primero que su columna vertebral no puede ser sometida
a los mismos esfuerzos, actitudes y posturas que antes toleraba. Esto no
significa que se le considere una persona inválida, pero si debe aceptar que
existen ciertas limitaciones, pues el objetivo es mantener la columna libre de
dolor.
Un ligamento,
músculo o tendón que se lastima es porque se encuentra débil o porque fue
sometido a un esfuerzo para el que no fue preparado, mismo que resiste, de ahí
que los ejercicios encaminados a su fortalecimiento son un punto fundamental en
el tratamiento y prevención de los cuadros dolorosos.
El esfuerzo físico continuo a la que es sometida
una columna, a la larga genera un cuadro agudo, especialmente cuando existen
factores predisponentes.